En 1513, el papa Julio II, y en 1521 el papa León X
reforzaron la represión contra la brujería.
Por la misma época aparecieron numerosos tratados de demonología,
el mas famoso de los cuales es: “El Martillo de las Brujas” (1486). Estas obras,
que florecieron en el siglo XVI, se hacían eco de los temores de una población obsesionada
por imágenes de aquelarres e invocaciones diabólicas.
Los procesos se
multiplicaron hasta principios del siglo XVII. Las brujas recibían sus poderes
del demonio, dominado por la rabia, pues se acercaba el fin del mundo: en un
libro de 1494, que tuvo varias reediciones, titulado: “La nave los locos” su
autor Sebastian Brant, asociaba la inminencia del apocalipsis a la virulencia
de los ataques del demonio.
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