
y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado (Milton, El paraíso perdido, canto I).
En 1877, durante su tercer año como pensionado en la Academia Española de Bellas Artes de Roma, el escultor madrileño Ricardo Bellver realizó en yeso la obra llamada El Ángel Caído.
fuente:
Wikipedia
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