Las viandas que describen eran las que se servían en los
banquetes rituales del II milenio a. J. C.
Algunas de las recetas son muy cortas y otras más
complicadas y detalladas, como la empanada de pajaritos, en una escritura cuneiforme,
que tiene más de 40 líneas:
“Eliminar el cuello y las patas; retirar la asadura y
sobretodo las mollejas; lavar el resto y ponerlo al fuego dentro de un caldero;
poner agua y leche en una marmita y añadir pájaros y asadura, sal, grasa, maderas
aromáticas y una hojas de ruda, durante la ebullición añadir cebolla, puerro y
ajo y un poco de agua fría; dejar cocer. Preparar una masa con harina, leche,
salmuera aromática y un poco de grasa del cocido: dividir en dos obleas sobre
la bandeja de servicio y disponer sobre ella las carnes rociadas con el jugo de
puerros y ajos y acompañarlas de pequeños trozos de pasta cocida; cubrirlo todo
con la otra oblea, que sirve así de tapa y presentarlo a la mesa”
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