Los navegantes adelantaron los dos barcos de menor calado, para saber si podían fondearlos con seguridad junto a tierra. Bernal data el 4 de marzo de 1517 el primer encuentro con indios de Yucatán, que acudieron a esos barcos en diez canoas grandes, tanto a remo como a vela.
Este momento en que los indios subieron a las naves españolas y aceptaron las sartas de cuentas verdes y demás baratijas preparadas al efecto fue uno de los pocos contactos pacíficos que tuvo el grupo de Hernández con los indios, e incluso en este las muestras de paz eran fingidas. Precisamente durante estos contactos del 4 de marzo podrían haber nacido dos topónimos, Yucatán y Catoche, cuya historia sorprendente y divertida que se cita a menudo: sea historia o leyenda, ésta quiere que los españoles hayan preguntado a los indios por el nombre de la tierra que acababan de descubrir, y que al escuchar su respuesta, bastante predecible: "no entiendo lo que dices"... "ésas son nuestras casas"... pusieran a la tierra por nombre justo lo que escuchaban: Yucatán, que querría decir "no te entiendo", para la "Provincia”" completa (o isla, según creían ellos), y Catoche, que significaría "nuestras casas", a la población donde desembarcaron y al cabo.
Entendiéndose por señas, los indios siempre con alegre cara y muestras de paz comunicaron a los españoles que al día siguiente acudirían más piraguas, para llevar a los recién llegados a tierra.
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